El polar alguna vez fue como una estrella de rock en el mundo de las telas. Fue proclamado como el futuro del vestuario técnico cuando Polartec® lo presentó por primera vez en 1981, pero para mediados de los 90 había alcanzado una adolescencia algo complicada. Era pesado, voluminoso, muy grueso para funcionar como primera capa y lo que se usara encima quedaría atascado con el cepillado doble.
En invierno de 1998, un grupo de diseñadores y evaluadores de productos se reunieron en la bodega de Patagonia en Bozeman, Montana, con el objetivo de desarrollar una mejor tela para primeras capas técnicas. El problema con el polar, pensaron, era que había demasiado. Por eso empezaron a quitarlo.
Para obtener la textura suave y peluda junto a su gran volumen, el polar tradicional tiene un “cepillado doble”, un proceso en el que se rompen los bucles de la tela. También es lo que causa la mayor parte de los problemas. Para combatirlo, el equipo pensó en modificar la estructura del tejido para crear un polar cepillado por solo una de sus caras con una grilla de pilares y canales, donde los pilares entregan volumen de aire y separan la tela de la piel, y los canales permiten el flujo de aire y humedad además de mejorar la capacidad de compresión. Piensa en los edificios y los canales de Venecia, los primeros entregan calor y estructura, mientras que los últimos proporcionan espacio para el agua y para que los botes (el aire) viajen. Polartec®, que ha sido un socio para Patagonia desde 1981, rápidamente volvió esta visión en una realidad. Nacía el R1®.
El director de la línea de capas externas y equipamiento Eric Rice, comenzó a trabajar en Patagonia en 1997 y fue parte de ese equipo original. “Cuando comenzamos a testear las primeras versiones de la tela, hacíamos cosas como fabricar una prenda que fuera mitad R1® y mitad otro polar cepillado por ambos lados”, dice Rice. “Cuando sales y lo usas, puedes notar de inmediato cuál lado es más cómodo o cuál se empaca más pequeño. Era bastante obvio que estábamos llegando a algo”.
Mientras más simples hagas las cosas, más rica será la experiencia.
La línea Regulator fue lanzada en el otoño de 1999 y los atributos súper versátiles del R1® rápidamente se convirtieron en un elemento esencial para aventuras al aire libre de todos tipos. Desde entonces solo ha visto mejoras, como la incorporación de un gorro, más elasticidad, la evolución a poliéster reciclado, una correa para fijar a la entrepierna (que se usa externamente para evitar que la cintura se suba), un patrón con canales más amplios para el vapor y una tela más liviana. Bien impresionante, considerando que ha sido testeado en terreno en casi todas las condiciones imaginables y alrededor del mundo. Y aún tras dos décadas de aventuras, el R1® sigue siendo un clásico vanguardista: con un polar más maduro y sin la correa de la entrepierna.
“Es fácil caer en la trampa de mejorar algo sumándole cosas”, dice Rice. “Si algo hicimos bien, fue hacer mejor al R1® simplificándolo. Funciona tan bien que nunca hemos tenido que abandonar su base”.