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Si tenemos algo de esperanza por tener un planeta próspero —o al menos un negocio próspero— se necesitará que todos hagamos lo que podamos con los recursos de los que disponemos. Esto es lo que nosotros podemos hacer.
Por Yvon Chouinard
Nunca quise ser un empresario. Comencé como artesano, fabricando equipo de escalada para mí y mis amigos, luego entré en el vestuario. Mientras comenzábamos a ser testigos del alcance del cambio climático y la destrucción ecológica — así como de nuestra contribución en aquello — Patagonia se comprometió a usar nuestra compañía para cambiar la forma en que se hacían los negocios. Si podíamos hacer lo correcto generando suficientes ingresos como para pagar las cuentas, podíamos influir en los clientes, en otros negocios y, tal vez, cambiar el sistema en el camino.
Comenzamos con nuestros productos, usando materiales que causaban menos daño en el medioambiente. Donamos el 1% de las ventas cada año. Nos convertimos en Empresa B certificada y también en una corporación de beneficios de California, dejando nuestros valores por escrito en nuestra carta corporativa como una forma de pre servarlos. Más recientemente, en 2018, cambiamos el propósito de la empresa a: “Estamos en este negocio para salvar nuestro hogar, el planeta Tierra”.
Si bien hacemos lo mejor de nuestra parte para abordar la crisis ambiental, esto no es suficiente. Necesitamos encontrar una manera de poner más dinero en la lucha contra la crisis y mantener los valores de la compañía intactos al mismo tiempo.
“A decir verdad, no había buenas opciones disponibles. Entonces creamos una propia”.
Una opción era vender Patagonia y donar todo el dinero. Pero no podíamos estar seguros de que un nuevo propietario conservara nuestros valores o mantuviera empleado a nuestro equipo de personas alrededor del mundo.
Otro camino era hacer pública la compañía. Qué desastre hubiera sido. Incluso las compañías públicas con buenas intenciones se ven bajo demasiada presión por generar ganancias en el corto plazo a expensas de la vitalidad y la responsabilidad a largo plazo.
A decir verdad, no había buenas opciones disponibles. Entonces creamos una propia.
En lugar de “hacernos públicos”, podríamos decir que estamos “haciendo nuestro propósito”. En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en riqueza para unos inversionistas, vamos a usar la riqueza que Patagonia crea para proteger la fuente de toda riqueza.
Así es como funciona: el 100% de las acciones con derecho a voto de la empresa se han transferido al fideicomiso Patagonia Purpose Trust, creado para proteger los valores de la compañía; y el 100% de las acciones sin derecho a voto se han entregado a Holdfast Collective, una organización sin fines de lucro dedicada a luchar contra la crisis ambiental y defender la naturaleza. El financiamiento vendrá de Patagonia: cada año, el dinero que generemos tras reinvertir en el negocio será distribuido como dividendo para ayudar a combatir la crisis.
Han sido casi 50 años desde que iniciamos nuestro experimento en negocios responsables y recién estamos comenzando. Si albergamos algo de esperanza por tener un planeta próspero — o al menos un negocio próspero — en 50 años más, se necesitará que todos hagamos lo que podamos con los recursos de los que disponemos. Esta es otra forma que hemos descubierto para cumplir con nuestra parte.
A pesar de su inmensidad, los recursos de la Tierra no son infinitos y está claro que hemos sobrepasado sus límites. Pero también es resiliente. Podemos salvar nuestro planeta si nos comprometemos a ello.
Los nuevos propietarios de Patagonia ahora son Holdfast Collective y Patagonia Purpose Trust. Holdfast Collective tiene un 98% de la compañía y todas las acciones sin derecho a voto. Patagonia Purpose Trust tiene el 2% de la compañía y todas las acciones con derecho a voto. Las acciones sin derecho a voto tienen un valor económico pero ninguna autoridad para tomar decisiones. Las acciones con derecho a voto tienen tanto un valor económico y autoridad para tomar decisiones.
Holdfast Collective usará cada dólar que reciba para luchar conta la crisis ambiental, proteger la naturaleza y la biodiversidad, así como apoyar la prosperidad de las comunidades, tan rápido como le sea posible. En cuanto una organización sin fines de lucro con estatus 501(c)(4), el colectivo puede abogar por causas y candidatos políticos además de otorgar donaciones e invertir en nuestro planeta.
El financiamiento del colectivo vendrá de Patagonia: Cada año, el exceso de las ganancias —el dinero que ganamos después de haber reinvertido en el negocio (incluyendo el dinero que queremos ahorrar para enfrentar un evento imprevisto, como una pandemia)— será distribuido como dividendos al colectivo para ser usado en su trabajo.
El fideicomiso Patagonia Purpose Trust fue creado exclusivamente para proteger los valores y la misión de nuestra empresa. Es dueño de todas las acciones con derecho a voto de la compañía, lo que le otorga el derecho de aprobar decisiones clave como quiénes componen el directorio y qué cambios pueden hacerse en la carta corporativa, incluyendo su razón de ser y los compromisos como Empresa B.
Dicho de otra manera, el propósito de Patagonia es: Estamos en este negocio para salvar nuestro hogar, el planeta Tierra. Patagonia Purpose Trust asegura el compromiso de la empresa con su propósito, para siempre.
No. Patagonia seguirá siendo un negocio con fines de lucro, una Empresa B certificada y una corporación de beneficios de California, que hace productos de la mejor calidad y honra su obligación de mantener la salud financiera de la compañía siempre considerando el impacto que el negocio tiene sobre los empleados, los clientes y las comunidades, así como sobre la salud y la vitalidad del mundo natural.
Nuestro impacto en el mundo viene de operar como un negocio con fines de lucro. Seguiremos siendo un faro para la comunidad empresarial al probar que el propósito y las ganancias están profundamente relacionadas.
Ryan Gellert como CEO y el equipo de liderazgo, junto a todos los empleados y empleadas de Patagonia, seguirán manejando el negocio bajo la dirección del directorio. Lo que ha cambiado es que ahora la compañía tiene una administración adicional desde Patagonia Purpose Trust.
Sí. Patagonia seguirá donando el 1% de las ventas cada año a organizaciones ambientales de base sin fines de lucro. Este compromiso es parte de nuestra carta corporativa, lo que significa que ya no puede ser cambiado sin la aprobación de Patagonia Purpose Trust.
La familia Chouinard guiará el fideicomiso Patagonia Purpose Trust, eligiendo y supervisando a su liderazgo. Los miembros de la familia seguirán siendo parte del directorio de Patagonia junto a Kris Tompkins, Dan Emmett, la Dra. Ayana Elizabeth Johnson, Charles Conn (presidente del directorio) y Ryan Gellert, nuestro CEO. Claire y Fletcher mantendrán su empleo en la compañía. La familia también guiará el trabajo filantrópico ejercido por Holdfast Collective.
Los empleados son la parte central del éxito de Patagonia y esta nueva estructura de propiedad es un compromiso irrevocable por proteger el propósito y los valores que a todos nos atrajeron a la compañía en primer lugar. Vamos a seguir haciendo todas esas cosas increíbles sobre las que se construyó Patagonia y la compañía seguirá haciendo lo mejor posible por ser un gran empleador.
No. Esta no es una excusa para ignorar la verdadera tensión que seguiremos enfrentando entre el crecimiento y el impacto ambiental de nuestras operaciones. Pero la nueva estructura de propiedad ofrece una forma de poner a trabajar ese valor que viene junto al crecimiento responsable en el combate contra la crisis climática.
Patagonia lleva 50 años en un experimento y planea seguir en el negocio, operando de forma rentable y de acuerdo a nuestros valores por los próximos 50 años y mucho más.