Envío estándar gratis desde $100.000. Recibe entre 3 y 8 días, dependiendo de la zona. Puedes optar por envío express antes de las 10:00 am y recibir el mismo día en comunas seleccionadas.
Para que el Maipo y todo lo que nos entrega no desaparezca, necesitamos más personas que entiendan lo que está pasando y así puedan tomar acción para clausurar el Proyecto hidroeléctrico Alto Maipo
El Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo contempla la construcción y operación de dos centrales de generación eléctrica de pasada, Alfalfal II y Las Lajas, que en conjunto pretenden generar una potencia máxima de 531 MW para inyectar al Sistema Interconectado Central. Estas centrales están ubicadas a 48 kilómetros al sureste de la ciudad de Santiago, en la comuna de San José de Maipo, Provincia de Cordillera, Región Metropolitana.
Para operar, Alto Maipo pretende captar el agua en ocho diferentes puntos de las cabeceras de la cuenca hidrológica del río Maipo, en las subcuencas de los ríos Volcán, Yeso y Colorado, para desviarla y conducirla a través de una red de túneles subterráneos de 74,5 km de longitud hasta las centrales hidroeléctricas. En su trayecto, estos túneles pasan bajo dos Áreas Protegidas: el túnel El Volcán tiene un tramo que pasa 700 metros por debajo del Monumento Nacional El Morado, donde se encuentra el glaciar del mismo nombre, y el túnel Alfalfal tiene un tramo que pasa por debajo del Santuario de la Naturaleza San Francisco de Lagunillas y Quillay. El agua solo vuelve al río Maipo en el túnel de descarga de la Central Las Lajas, ubicado entre el Estero El Manzano y el Estero El Canelo.
Alto Maipo, que fue sometido a evaluación ambiental el año 2008, utilizó para todos sus cálculos de disponibilidad de caudal datos obtenidos entre los años 1950 y 2005, fue aprobado por la autoridad en 2009 y, a la fecha, no ha terminado de construirse ni ha entrado en operación.
Además de profundizar los estragos que ya causan sobre la cuenca del Maipo los efectos del cambio climático y una intensa actividad industrial, desde sus inicios Alto Maipo ha presentado deficiencias fundamentales con relación a su evaluación ambiental.
En primer lugar, se omitió de la evaluación algunos impactos al medio ambiente relevantes—lo que no está permitido por la ley— como son el impacto de sus bocatomas sobre la fauna íctica, la evaluación del impacto sobre especies sensibles y el impacto sobre vegas y humedales, entre otros. Además, su operación implica una serie de riesgos no considerados como la ubicación de sitios de acopio o botaderos ubicados en zonas con riesgos de aluvión.
Pero, sin duda, el impacto más severo sucedería en la etapa de operación y tiene que ver con el desvío de los caudales de los ríos para la generación energética y el “caudal ecológico” remanente. Dichos caudales ecológicos se basan en datos de entre 1950 y 2005, que están lejos de reflejar la realidad actual en el contexto del cambio climático y la sequia ya instalada en la zona. Actualmente, los modelos de caudales en la cuenca del río Maipo arrojan una disminución significativa, con la que esos caudales ecológicos no serían capaces de asegurar la biodiversidad ni la realización de actividades económicas, principalmente las relacionadas con el turismo y la recreación como son el rafting y el kayak.
Alto Maipo acumula un historial judicial de más de una década, enfrentado acciones legales en su contra interpuestas por diferentes organizaciones de la sociedad civil, como la Coordinadora Ciudadana No Alto Maipo y la Red Metropolitana No Alto Maipo, y entidades gubernamentales como CONAF, el SAG y la DGA. A pesar de los cuestionamientos, sanciones y deficiencias demostradas del proyecto, la autoridad ha permitido su dañino avance.
Sí. Aún considerando el estado en el que se encuentra la construcción, la Superintendencia del Medio Ambiente tiene la facultad para imponer sanciones—entre ellas la clausura de los proyectos o la revocación de las resoluciones de calificación ambiental— frente a infracciones administrativas graves o gravísimas.
La Superintendencia comenzó un procedimiento sancionatorio contra Alto Maipo por 14 incumplimientos el año 2017, el que fue suspendido en abril de 2018 por la aprobación de un Programa de Cumplimiento, que es un mecanismo que se basa en la colaboración del infractor y tiene como objetivo la protección del medio ambiente.
En agosto de 2021, un grupo de organizaciones socioambientales y agrupaciones locales interpuso una denuncia que solicita reiniciar el proceso sancionatorio, la clausura del proyecto y la restauración del ecosistema.
En la denuncia interpuesta en agosto de 2021 se ha solicitado a la Superintendencia del Medioambiente que reinicie el procedimiento sancionatorio ya que no se ha ejecutado satisfactoriamente el Programa de Cumplimiento y se ha permitido a Alto Maipo construir los túneles, principal obra de su proyecto, hasta en un 98% de avance. Lo anterior a ocurrido a pesar de que se encuentra pendiente la revisión de la Resolución de Calificación Ambiental ante la Comisión de Evaluación de la Región Metropolitana, una de las acciones que deben asegurar el cumplimiento de la normativa infringida.
Es importante aclarar que el proyecto no tiene autorización de funcionamiento debido a los impactos causados por los afloramientos de aguas que surgieron durante la construcción de los túneles, lo que fue considerado un efecto adverso sobre la calidad de las aguas y el hábitat de comunidades acuáticas. Alto Maipo ha venido construyendo los túneles basándose en un modelo hidrogeológico conceptual cuyos resultados han sido sobrepasados en la realidad, por lo que el modelo ha perdido validez. Solo a modo de ejemplo, los afloramientos antes mencionados continuaron en cantidades superiores a lo que disponía la RCA Favorable y a lo que disponían los propios modelos de Alto Maipo, motivo por el cual debe reiniciarse el procedimiento sancionatorio como una forma de garantizar el carácter represivo de la sanción administrativa y con ello asegurar la protección del medioambiente.
El Titular del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo es la sociedad Alto Maipo SpA, empresa chilena constituida por NORGENER S.A., filial de la empresa generadora de energía AES GENER S.A., que actualmente opera cuatro hidroeléctricas en la parte alta de la cuenca hidrológica del río Maipo (Maitenes, Queltehues, Volcán y Alfalfal) y que a su vez es filiar de la multinacional AES CORP.
Desde 2018, tras perder socios estratégicos como el grupo Luksic y la decisión de la Corporación Financiera Internacional de dejar de ser acreedora de Alto Maipo, AES Gener informó la reestructuración del proyecto transfiriendo todos los riesgos geológicos y de construcción a la contratista austríaca Strabag.
El costo estimado de Alto Maipo en la evaluación ambiental era de USD 700 millones, pero a la actualidad se ha quintuplicado (USD 3.440 millones). Durante este período ha contado con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, la Corporación Financiera Internacional (CFI) y la Corporación para Inversiones Privadas en el Extranjero de los EE.UU. (OPIC, hoy Development Finance Corporation – DFC), así como otros bancos multilaterales y comerciales que participaron o participan del proyecto.
En de mayo 2021, AES Gener anunció una nueva imagen comercial e identidad corporativa, cambiando su nombre a AES Andes.
Porque estamos en este negocio para salvar nuestro hogar, el Planeta tierra. Desde hace más de 45 años en Patagonia hemos mantenido nuestro compromiso con los lugares salvajes del mundo, usando nuestro negocio para proteger la naturaleza.
El Cajón del Maipo no solo es un área de increíble riqueza natural, también es el lugar donde la mayoría de nosotros tuvo su primera aventura al aire libre, hogar de rutas inspiradoras, descensos desafiantes y cumbres emblemáticas. Además del evidente impacto sobre el medioambiente, Alto Maipo pone en riesgo la posibilidad de que nuestra comunidad, y las futuras generaciones, puedan disfrutar de estos paisajes y tener una conexión más profunda con la naturaleza.
Comenzamos a llamar la atención sobre lo que sucedía en el Maipo en 2015 con el cortometraje Defiende Maipo, al que le siguió el documental del mismo nombre en 2020. Ahora, en 2021, hemos querido ir más lejos con una campaña que no solo visibilice los impactos de Alto Maipo sobre este ecosistema esencial, sino que sumándonos a la denuncia ante la SMA e invitando a nuestra comunidad alrededor del mundo a manifestar su rechazo y exigir al gobierno la clausura inmediata de este proyecto.
La cuenca del río Maipo tiene una superficie de 15.403 km2 y su mayor parte se ubica en la Región Metropolitana. Hogar de cientos de especies de flora y fauna, ríos, humedales y casi un millar de glaciares, es la principal reserva de agua de la Región Metropolitana y una de las principales de la zona central del país. Así, la cuenca provee de una serie de servicios ecosistémicos entre los que destaca la provisión del 70% del agua potable de la Región Metropolitana, que concentra el 40% de la población nacional, el 50% del PIB y el 80% de la actividad industrial del país.
A pesar de su importancia para la vida, el Maipo está severamente degradado, afectado por los impactos de diversos sectores industriales, más de 17 centrales hidroeléctricas, masivas extracciones de áridos en sus riberas fluviales y cuantiosa contaminación de diversos orígenes. Como si esto fuera poco, los efectos del cambio climático han sido implacables con la cuenca, que hoy se encuentra en un proceso de desertificación producto de una crítica disminución de la pluviosidad.
Es difícil encontrar un mejor calificativo para la cuenca del Maipo que el de reserva de vida. Por una parte en ella existen casi 980 glaciares, los que como parte fundamental del ciclo hidrológico de la tierra tienen una función decisiva sobre la vida en este territorio. Por otra parte, los 250 km de extensión del río Maipo permiten abastecer el agua potable de la región así como el riego para nuestra actividad agrícola.
Además, la cuenca alberga acuíferos con gran capacidad de reserva, y, solo en la parte alta de la cuenca existen más de 505 hectáreas de humedales, hábitats sumamente sensibles a la intervención humana y hogar de cientos de especies tanto residentes como migratorias.
Con alrededor de 500 especies de flora y fauna, la cuenca se constituye como un ecosistema sumamente rico en biodiversidad. Como parte de uno de los 35 hotspots de biodiversidad más importantes a nivel mundial, el 50% de estas especies es endémica y entre ellas se pueden encontrar con severos grados de amenaza, incluso en peligro de extinción.
En la cuenca habitan 96 especies de aves, 443 especies de plantas vasculares y se han registrado 138 vertebrados terrestres. Solo por mencionar algunas especies destacadas en la zona, podemos enumerar al pato cortacorrientes, el cóndor, la tórtola cordillerana, la lagartija parda, el puma, el zorro culpeo, el quique, la vizcacha y el ratoncito andino.
El riquísimo y frágil entorno de la cuenca del Maipo solo cuenta con poco más del 5% de su superficie protegida. Algunos santuarios de la naturaleza e iniciativas de conservación privada permiten resguardar un entorno que como país deberíamos estar restaurando y regenerando, en lugar de favorecer la profundización de su degradación.
Chile se ha ganado una posición en la oferta turística internacional y en gran parte eso se debe a los majestuosos atractivos naturales que existen a lo largo del país. En la zona central, el Cajón del Maipo destaca por su increíble oferta para la recreación y la aventura, por lo que en 2001 la comuna de San José de Maipo obtuvo el status de Zona de Interés Turístico.
Aquí destacan las actividades de deporte aventura que cada día ganan más adeptos en todo el mundo, como los descensos en rafting, la navegación en kayak, el montañismo, las diferentes variedades de la escalada, el esquí y el trail running. Pero también existe una enorme oferta gastronómica, hotelera y de servicios que no solo mejoran la experiencia de los visitantes sino que se convierten en el sustento de miles de familias y emprendedores que han dotado a este sector de una atractiva identidad.
Proyectos como Alto Maipo no solo impactan sobre el turismo en lo que respecta a la degradación del entorno y la alteración de los afluentes, sino que también en términos del accesos a las montañas. Un ejemplo de esto es lo que sucede en la zona de río Olivares y río Colorado, donde el acceso es controlado por la empresa AES Andes (AES Gener) que tiene centrales hidroeléctricas en los sectores Los Maitenes y El Alfalfal.
El sector de la generación energética en Chile está compuesto por grandes plantas centralizadas que generan energía para luego venderla al sistema. Este es un mercado competitivo, donde lo que manda es el precio y donde participan distintas fuentes de generación: las térmicas (diésel, carbón o gas natural) que son las más contaminantes y representan cerca de un 50% del parque de generación en Chile; las fuentes renovables, como la hidro, que representan en torno al 30% del parque de generación y; las renovables no convencionales (solar, eólica, biomasa y geotermia) que representan cerca del 20% del parque de generación.
Los proyectos de generación se licitan en las licitaciones de suministro que se hacen según las proyecciones de demanda de energía a nivel país por parte del coordinador eléctrico nacional y las planificaciones del ministerio de Energía. Actores importantes de este sector son ENEL generación, Colbún, Acciona, Aes Gener, entre otras.
Las energías renovables reciben su nombre porque dependen de un recurso que es infinito, como el sol, el viento y el agua (que, sabemos, ya no puede llamarse un recurso infinito).
Dentro de las energías renovables existen las fuentes que emiten CO2 al generar energía, las que no lo emiten y aquellas que si bien no emiten CO2 sí generan una externalidad negativa en el entorno en donde se emplazan. La diferencia entre las que no emiten CO2 y otros gases de efecto invernadero versus las que sí lo emiten es que las primeras no necesitan de la combustión de un insumo para generar energía. La biomasa, que se llama renovable pero se basa en la quema de materia orgánica, sin duda tiene menos impacto que el carbón, pero no está libre de emisiones.
En la tercera categoría están las distintas versiones de la hidro, que si bien no emiten gases de efecto invernadero, sí generan una externalidad negativa a través de las modificaciones del entorno, por inundación, desvío o intervención de cauce, desplazamiento de fauna, seguridad de suministro hídrico para la población u otras actividades económicas, etc.
En cuanto proyecto hidroeléctrico, es una fuente renovable en el sentido tradicional y teórico, pero con la situación de escasez hídrica que se vive en la zona central y las proyecciones en torno al cambio climático, deja de serlo. El caudal del río Maipo hoy es casi totalmente glacial, por lo que no existe certeza de por cuánto tiempo este recurso estará disponible.
Además de haberse concebido en un país donde no había escasez hídrica, Alto Maipo se impulsó en un contexto de crisis energética (2007-2008) en el que los precios de la energía de Chile se dispararon por la necesidad de importar combustibles desde otros países para operar el parque de generación. Entonces se impulsaron proyectos que aprovechaban el recurso más abundante y competitivo del país para generar energía en ese entonces, el agua, cuando todavía el precio de la tecnología solar y eólica era mas de cinco veces que en la actualidad.
Hoy, Alto Maipo no es un proyecto justificable, ya que existen fuentes alternativas que generan un menor impacto y que son más competitivas, sumado a que Chile ha tenido un increíble avance en desarrollo energético que hoy lo posicionan como líder regional en la adopción de energía solar y eólica.
Chile es el país con mayor radiación solar del mundo y uno de los países con mayor potencial para su expansión masiva. Además, es el país con mayor potencial de generación mareomotriz en el mundo y tiene un potencial enorme de generación eólica a lo largo de todo el país. En otras palabras, las opciones sobran, pero faltan avanzar en algunos temas como, por ejemplo, la voluntad política detrás de las decisiones que hay que tomar para generar los cambios que se necesitan a la velocidad que se necesitan.
En el caso particular de la Región Metropolitana la alternativa es en gran medida la generación solar en los alrededores de Santiago y, sobre todo, con generación distribuida. El aprovechamiento de las superficies inutilizadas, como son los techos en Santiago, es una tremenda fuente para reemplazar un proyecto como el de Alto Maipo. La mejor solución para evitar estos grandes proyectos disruptivos, es acercar la generación a los puntos de consumo y esto se hace a través de la generación distribuida en donde todos podemos convertimos en prosumidores (quienes producimos y consumimos la energía).
El primer paso es aprender de qué se tratan y cómo funcionan. Este es el paso previo a tomar la decisión de producir tu propia energía y empezar tu camino hacia la independencia energética.
Actualmente en Chile existen distintas organizaciones que se dedican a la educación ambiental, institutos técnicos con carreras afines a la energía renovable e instituciones que ofrecen cursos al respecto. También hay emprendimientos de distinta envergadura que pueden ayudarte a instalar un sistema de generación propio en tu hogar.
Por último, hoy en día es clave compartir esta información en nuestros círculos, intercambiar ideas y opiniones, para así llegar cada vez a más personas.
Más allá de la provisión de agua para los seres humanos, los ríos son ecosistemas dinámicos, complejos e integradores, que cumplen una serie de funciones ecosistémicas como transportar nutrientes hacia los océanos, capturar carbono y nitrógeno, permitir la vida de flora y fauna, filtrar contaminantes, controlar inundaciones y sequías, y, por supuesto, tienen un rol vital en la mantención del ciclo del agua.
Junto con ello, los ríos tienen una gran importancia histórica y cultural. Los seres humanos los hemos usado como ejes para desarrollar nuestras civilizaciones, han sido las vías de comunicación y transporte entre poblaciones, y, muchos de ellos, son sagrados para los pueblos originarios, además de fuente de hierbas medicinales e insumos para cesterías u otros elementos utilitarios u ornamentales.
Chile está viviendo la peor crisis hídrica de su historia por una combinación de factores: una mala gestión de nuestras aguas, los efectos cada vez más visibles del cambio climático con una constante disminución de los caudales de ríos y la peor mega sequía en 60 años.
El resultado es que Chile ha transitado desde una situación de privilegio hídrico, con 1.251 grandes ríos en su territorio, a estar en el puesto 18 en la lista global de países con mayor riesgo de sufrir estrés hídrico. Actualmente, un tercio de las comunas del país se encuentra con decreto de escasez hídrica y el Estado debe abastecer de agua potable con camiones aljibe a, al menos, 400 mil personas en todo el país.
A pesar de estas problemáticas, la demanda por consumo de agua sigue aumentando por parte de industrias como la agroalimentaria, acuícola, frutícola, forestal, minera e inmobiliaria, en muchos casos con escaso control o excesiva permisividad.
En otras palabras, podemos afirmar que Chile se está secando y que nuestros ríos están en un inminente peligro de extinción.
En el país existen algunos mecanismos de protección de ríos como los Santuarios de la Naturaleza y la Reserva de Caudales, pero son insuficientes. Los Santuarios de la Naturaleza no protegen el caudal de un río y no prohíben directamente actividades en ellos. Las Reservas de Caudales solo protegen parte del caudal para casos de abastecimiento de agua potable y, en algunos casos, para conservación, pero solo se puede dictar este tipo de reservas si hay disponibilidad de derechos de agua. Además, ninguna de estas figuras de protección contempla la posibilidad de restaurar un río.
La Fundación Geute Conservación Sur está impulsando, junto a Fundación Terram, la ONG Ecosistemas e International Rivers, un proyecto de Ley de Ríos Salvajes que favorezca la protección o restauración de ríos o tramos de ríos. No está enfocada solo en ríos prístinos, sino que en todos aquellos que tengan un alto valor escénico, recreativo, geológico, histórico, cultural o ecológico.
El objetivo de esta figura es resguardar aquellas características que hacen único a un río determinado, así como también conservar o restaurar sus funciones ecológicas.
A diferencia de otras figuras de protección, es la propia ciudadanía la que puede solicitar y exigir la protección de un río. La Ley de Ríos Salvajes puede proteger tramos de ríos, ríos completos (desde su cabecera hasta la desembocadura), y/o zonas aledañas al río o al tramo de río protegido.
En los ríos declarados como protegidos se prohibirá las actividades que atenten contra las características que hacen único a ese río, como la minería, instalación de hidroeléctricas o la extracción de áridos, y se favorecerán aquellas actividades compatibles con los valores que se pretenden proteger, como actividades culturales, ecoturismo u otras.
Queremos Parque busca que se destine a Parque Nacional las últimas tierras fiscales de la Región Metropolitana, 142.000 hectáreas de los predios de río Colorado y río Olivares, que en 2019 fueron restituidas al Ministerio de Bienes Nacionales por parte del Ejército.
Esta es una oportunidad única de democratizar el acceso a la naturaleza y de fomentar un desarrollo económico distinto. El área de ambos predios se encuentra a tan solo 60 kilómetros del centro de Santiago, en el Cajón del Maipo, abriendo acceso a la naturaleza a millones de chilenos, además de ser una gran oportunidad para la protección de ecosistemas y la creación de una identidad en turismo de naturaleza para Santiago.
Firmando el petitorio de 3 puntos, que son el eje de la campaña y que está en su web, www.queremosparque.cl:
Además, participando de todas las formas posibles para cada uno, desde prestar apoyo con redes, contactos y voluntariado, hasta interacción en redes sociales y la promoción de la campaña. Es importante, también, ejercer una presión ciudadana sobre los candidatos presidenciales para que se pronuncien a favor de hacer el parque. La decisión es fuertemente presidencial.
La campaña cuenta con el apoyo de cerca de 190 organizaciones y 200.000 personas, y cuenta con el respaldo del Senado, la Cámara de Diputados y el Gobierno Regional.
Creciendo en apoyo para poder convencer al Gobierno de que es mejor hacer un parque que podamos disfrutar todos los ciudadanos a destinar el territorio a explotación minera o privatizarlo. También se está buscando el apoyo de los candidatos presidenciales para lograr su compromiso durante el próximo gobierno.
El primer paso es aprender de qué se tratan y cómo funcionan. Este es el paso previo a tomar la decisión de producir tu propia energía y empezar tu camino hacia la independencia energética.
Actualmente en Chile existen distintas organizaciones que se dedican a la educación ambiental, institutos técnicos con carreras afines a la energía renovable e instituciones que ofrecen cursos al respecto. También hay emprendimientos de distinta envergadura que pueden ayudarte a instalar un sistema de generación propio en tu hogar.
Por último, hoy en día es clave compartir esta información en nuestros círculos, intercambiar ideas y opiniones, para así llegar cada vez a más personas.