Los años 60 marcaron un despertar en la escalada norteamericana caracterizado por un gran incremento en la actividad vertical, acompañada de cerca por una correspondiente mejora en la técnica y el equipamiento. El resultado han sido significativos avances en la escalada. Por otra parte, esta combinación está generando un serio problema: el deterioro del entorno de la escalada. El deterioro tiene dos caras, que involucran tanto el aspecto físico de las montañas y la integridad moral de los escaladores.

Ya no podemos asumir que los recursos de la tierra son ilimitados, que existen vastas extensiones de cumbres inescaladas más allá del horizonte. Las montañas son finitas y, a pesar de su apariencia descomunal, son frágiles.

—Tom Frost e Yvon Chouinard, extracto del catálogo de Chouinard Equioment de 1972

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“Fue un completo fracaso.”

A comienzos de la década de los 70, el catálogo de Chouinard Equipment propuso una nueva manera de escalar, una que buscaba que los escaladores controlaran su impacto para proteger la roca. En vez de usar la fuerza bruta para escalar rutas fuera como fuera, Yvon Chouinard y sus amigos argumentaban que un buen estilo importaba más que encadenar. Lo llamaron “escalada limpia”. En concreto, la escalada limpia reemplazaría los pitones y otros implementos que horadaran la roca con fisureros y excéntricos, nuevas formas de protección que podían removerse fácilmente y eran menos dañinos para la roca. Pero la meta más ambiciosa de la escalada limpia era incentivar una ética donde el escalador dependiera de su juicio y habilidades, más que del equipo, y no dejara rastro de su ascenso. La escalada limpia surge más o menos al mismo tiempo en Estados Unidos y Europa y rápidamente modificó la forma en que los escaladores protegían las rutas. Sin embargo, al preguntarle hoy a Chouinard qué efectos tuvo el movimiento, su respuesta es contundente: “la única respuesta apropiada es cero”

—Mailee Hung, extracto de “Traigamos de vuelta la escalada limpia”, nuestra reflexión para 2022 sobre el estado del movimiento.

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El Catálogo de Chouinard Equipment de 1972

Podría decirse que el movimiento de la escalada limpia comenzó al otro lado del charco, en la arenisca del Reino Unido, por allá en la década de 1920, cuando los escaladores británicos comenzaron a evitar los pitones para privilegiar lo que consideraban un mejor estilo. Pero de los años 30 a los 60, los pitones fueron la principal forma de protección para los escaladores en los Estados Unidos. Para finales de los 50, Chouinard fabricaba los mejores, y para 1972 Chouinard Equipment era el principal fabricante de equipo de escalada en los Estados Unidos.

Pero a lo largo de los años 60, la era dorada de la escalada en Yosemite, Chouinard y su cohorte se dieron cuenta del daño que los pitones dejaban en la roca era irrefutable y, mucho peor, irreversible. Entonces hicieron lo que había que hacer: dejaron de fabricarlos. Chouinard y su socio, Tom Frost, abrieron el catálogo de Chouinard Equipment de 1972 con una nota instando a sus clientes a dejar de usar pitones y comenzar a usar protecciones móviles, como los excéntricos y otros fisureros. Además de su carta había un artículo de 14 páginas escrito por Doug Robinson que era en parte un manifiesto de la escalada limpia y en parte una guía práctica para este nuevo equipo. Con todo esto, sentaron las bases de la empresa que Patagonia es hoy en día.

En una gran parte de la historia de la escalada, los pitones fueron el principal equipo de seguridad para los montañistas. Inicialmente, los pitones estaban hechos de hierro dulce, pero Yvon Chouinard comenzó a forjar los suyos con un resistente acero al cromo-molibdeno y venderlos desde la parte trasera de su automóvil en la década de 1950. Insertados en la roca a martillazos por el primero de cuerda y removidos por el segundo, su extendido uso en los inicios de la escalada en roca dejó horribles cicatrices desde los Shawangunks al valle de Yosemite. Los pitones aún se usan hoy en día, pero están mayormente relegados a los ascensos alpinos en lugares remotos.

Excéntricos: “Cuñas de metal para escalada que son la evolución del uso de tuercas originalmente recolectadas a lo largo de las líneas de Snowdon Railways, a medida que los escaladores realizaban la aproximación a Clogwyn du'r Arddu. Ahora, 11 después, el Excéntrico de Chouinard, con forma irregularmente hexagonal, ha sido creado específicamente pensando en las fisuras… El excéntrico tiene un perfil mucho más parecido a un empotrador en forma de cuña (el stopper de Chouinard), pero es más corto para emplazamientos ajustados. Para aprovechar los emplazamientos ajustados que resultan de los agujeros de los pitones, se ofrece una gradación angosta de excéntricos en el rango de los pitones de ángulo pequeño a estándar. Con suerte, las cicatrices de los pitones no tendrán que aumentar”. —Catálogo Chouinard Equipment de 1972

Stoppers: “Para emplazar un empotrador debes comenzar pensando en la forma de las fisuras. Desde el comienzo, la escalada limpia exige una mayor atención al ambiente de la roca. Considera la forma cónica de una fisura. ¿Es convergente, es decir, se ensancha en reversa, más ancha en el interior que en el labio? ¿O puede ser de lados paralelos, con un ancho constante? O en el otro extremo, acampanada…”. —Catálogo Chouinard Equipment de 1972